Me costó mucho hacerme a la idea de ser una superviviente de cáncer, sinceramente era mucha la resistencia a esa palabra, a ese concepto. Así que comencé a observar qué sucedía en mí.
Recuerdo cuando me hablaron de poner el "reservorio" para facilitar el tratamiento debido al mal estado de mis venas en ese momento. Me enfadé y mostré mi resistencia a tener algo que me recordara siempre el proceso. "¿Realmente crees que se me va a olvidar todo esto como para tener otra cicatriz que me lo recuerde más cada día?" le pregunté a la doctora. Sí, tenía 49 años, ya sé. Puede parecer infantil, sin embargo, tú sabes de qué te hablo.
De modo que, cuando pasaron los 5 años libre de enfermedad, pasar a la estadística y al grupo de supervivientes de cáncer me rascaba de nuevo la herida del proceso.
No quería etiquetas, era algo pasado...
Sabemos que no, y eso es lo que se revuelve.
Busqué el significado y decidí quedarme con la versión de "perdurar en el tiempo, permanecer" dando el peso al legado que quiero dejar y no a la enfermedad en sí.
Tomé los aprendizajes y elegí contribuir a través de ellos.
Algunos de esos aprendizajes
Hoy sé que es importante darnos un espacio de preparación informada y acompañada de profesionales especializados porque no es lo mismo atravesarlo desde el punto en el que estás que con una base y asesoramiento en alimentación, cuidado de la piel, fisioterapia, ejercicio, acompañamiento, psicooncología, por ejemplo, para emprender preparada este desafío.
Ayudarnos para prevenir o tener una menor afectación de efectos secundarios y secuelas durante el tratamiento y en esta etapa como superviviente.
Hoy sé la importancia de estar en entornos seguros para compartir nuestra experiencia, acompañados de un profesional que lleve lo compartido a un lugar de transformación para el procesamiento de las experiencias.
Estamos en momentos muy vulnerables y es necesario crear el espacio adecuado para compartir.
Hoy sé que, afortunadamente, seguimos en la Vida y ésta sucede, que en cada revisión, en cada síntoma que aparezca, con cada noticia de un caso cercano... los fantasmas aparecen y está bien. Todo está bien contigo. Es parte del funcionamiento de la mente humana, irse a lo peor, sin embargo, la práctica de recursos, herramientas de diferentes disciplinas pueden ayudarte a contener, sostener y atravesar esos momentos desde la calma, reconociendo lo que sientes, validando tus emociones y llevándote con compasión hacia el momento presente.
Recursos y estrategias a nivel mental, emocional, físico y energético.
Hoy puedo comprender cómo puedo hacerme cargo, expresar, comunicar y ser compasiva conmigo y con los demás cuando las secuelas condicionan mi día o mis relaciones.
Para los demás puede que todo haya pasado... para nosotros sigue muy presente.
Ser superviviente de cáncer, convivir con las secuelas físicas y emocionales de un proceso oncológico no es fácil, sin embargo, estoy agradecida a mi proceso por la oportunidad de transformar mi vida, por ser ese punto de inflexión que me ayudó a redirigir mi vida hacia la satisfacción, a atreverme a dar pasos que jamás hubiera soñado, a dejarme muy claro cuáles son las cosas realmente importantes, por darme la oportunidad de enseñarme a amarme y todo esto tiene mucho más peso y valor cuando las nubes aparecen.
Para mí, acompañar y poder contribuir acercando esta visión más amable del proceso, sea cual sea la etapa del proceso oncológico en la que estés, es parte de los regalos de ser superviviente de cáncer.
Te dejo aquí algunos de mis aprendizajes, si quieres encontrar recursos que me ayudaron y siguen acompañando hoy, puedes verlos en mi libro
Todo está en ti. Confía
Ana Martínez
La Magia de Volver a Ti
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